Además de sostener una deuda con el Municipio de miles de pesos, que seguirá aumentando con cada año que no se pague, la mayor consecuencia será la imposibilidad de realizar trámites de cualquier índole respecto a la propiedad. De esta manera, la propiedad no se podrá rentar y mucho menos vender, no podrá ser adjudicado o iniciar un juicio en caso de una herencia.